martes, 16 de junio de 2009

La televisión y las mujeres

Dado que la televisión es histérica, y no tiene una respuesta clara al interrogante: ¿qué es una mujer?, en su ya larga historia, la pantalla chica ha decidido mostrarnos una Eva escindida, parcializada, y virtual.

Ya sea en las publicidades, en las ficciones, en los shows musicales o de entretenimientos, y en los periodísticos, las chicas siempre han cumplido 4 roles totalmente distintos pero nunca sustituibles: la madre joven abnegada, la bruja madura (generalmente suegra), la puta (todo goce sexual y exhuberancia), y la fálica o masculinizada (ejecutiva homosexuada y exitosa).

Claro que, desde La Familia Falcón a Son De Fierro, y desde La Nena a Lalola y Los Exitosos Pells, ha corrido mucho río bajo el puente.

Sea como fuere, hablar del amor en la desdichada Piel Naranja o en Socias, es seguir preguntándose por lo femenino.

Pero dado que la televisión es un mundo producido mayormente por señores, salvo raras excepciones, la representación de lo femíneo que nos devuelven es siempre desde el lado hombre.

Es decir, en los sketches, la mucama ha sido eternamente una vedette insinuante, que mide 1,85 m. de altura, y pasa el plumero con un uniforme más breve que un baby-doll, ante un dueño baboso que tiene al lado una esposa gorda, fea, tonta y con bigotes.

En los avisos de detergentes y caldos aparece la muchacha noble que abandona el mundo exterior para dedicarse con placer a tapar los cráteres que el Jaimito que engendró hunde en el jardín; y finalmente nos queda la pelirroja sexy que usando tal shampoo y bebiendo ese vino espirituoso le mete los cuernos a sus tres novios.

En las telenovelas, el melodrama se actualizó y renunció a aquellas heroínas estilo “himen sano in corpore sano”, y ahora se acuestan con otros (a veces con el malo primero) y ya no llegan vírgenes al héroe.

En cuanto a los musicales, concursos y realities, aquellas bailarinas de tv que brillaban alrededor de Roberto Galán son “monjas de clausura” relacionadas con las que vimos en los últimos años. Me refiero a las poses sexuales de las damas de algunos danzando por algún sueño, y los primeros planos de sus traseros desnudos, inolvidables como pedrada en el ojo.

Obvio que en su descreimiento del erotismo natural humano, sus productores bordean el exhibicionismo perverso, y restauran la sospecha de que en el inconsciente colectivo no hay un registro simbólico y real de la mujer. Y que a la televisión no le interesa, por el momento, dejar de ser el espejo cóncavo del espíritu machista.

2 comentarios:

cristi dijo...

para los hombres eso es bueno?'quizas si.
HAY OJALA AGLUN DIA EL MUNDO LOS TRATE A UDS COMO OBJETOS!!!

Marc Vidal dijo...

Totalmente de acuerdo con el comentario y con el post !ojala un dia nos traten como objetos...sexuales!.

Por cierto, gracias por enlazar mi blog pero !el enlace está mal!