miércoles, 27 de mayo de 2009
Varones del tipo "yo no fui"
El clan de los “yo no fui”, “todo fue idea tuya”, “la culpa la tuvo el gobierno anterior”, está formado por esos hombres quienes, luego de que algo no sale como lo tenían previsto, utilizan estrategias para convencer a su pareja de que ella fue quien tomó la decisión, cuando en realidad fue él quien eligió por los dos, o presionó de mil maneras para que las cosas se hicieran así.
Y sí. Debajo del cielo es común hallar fulanos que no pueden hacerse responsables de sus propias pifiadas, lo que les complica la convivencia a sus afectos, ya que la vida casi nunca se adapta a nuestros sueños, y “errarum humanun est”.
A este macho que le raja a toda culpa, es posible que lo cultiven en uno de estos dos campos distintos. Algunos provienen de hogares con padres muy autoritarios, quienes le exigieron, cuando era un cachorro humano, la perfección constante y no le permitieron equivocarse gratis, por lo cual el mecanismo de supervivencia que le queda es, cuando ve que no va a sacarse un 10, patear toda la responsabilidad fuera de su área.
Pero hay otra clase de “Yo, Argentino” que se forma con la metodología opuesta, y estos son hoy los que más abundan. La crianza de este sujeto, como la de un noble potrillo, tiene varias etapas. La primera comienza en la escuela primaria, en la que puede darse que no quiera estudiar ni hacer un círculo ni con un vaso o un lápiz, o rompa de una pedrada la ventana del colegio, pero el papá en vez de reprenderlo declarará a viva voz que el problema es la maestra, que no está preparada para la función. Absorbidos por el goce del bebé de oro, que los representa, los progenitores rechazan psicopedagógos y neurólogos que quiera convencerlos de que el mito de Narciso termina mal.
La segunda parte sigue en la adolescencia, cuando es sorprendido a punto de clavarle una puñalada a un profesor que lo bochó, y el director lo disculpará acusando a la televisión por difundir tan malos ejemplos. Tiempo después, de madrugada lo detiene la policía por estar golpeando a un colectivero que no lo quiere llevar gratis, y el juez de turno afirmará que el joven no es imputable por ser menor y estar bajo efecto de la cocaína. El psicólogo al que lo envían le dirá luego que se comporta así porque la mamá no lo amamantó todas las veces que él lloraba.
Y como producto de tal entrenamiento, algunos almanaques más adelante, obviamente el “nene” abandonará a su novia embarazada, ya que la falta es de ella porque no se cuidó. Se casará con otra chica, más tarde, jactándose que formó una pareja simétrica, por lo que utilizará el “qué lindo sería”…o el “estoy seguro que a vos te gustaría”, para incitar a su mujer a que haga lo que él desea, y luego si el sol previsto no aparece, achacarle la autoría del desliz.
Con este aprendizaje previo, un prototipo “Yo no fui” es capaz de llegar a presidente, y utilizar los medios para teledirigir cierta parte de la opinión pública. Incluso tiene estudiada la frasecita que le dirá a San Pedro cuando le llegue ese día inevitable: “Y ya lo ves, Pedrito, el hombre no es el hombre, es el hombre y sus circunstancias”.
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