miércoles, 26 de agosto de 2009

Es "mala onda" sólo porque le duele la rodilla?

Si te agarra un patatús y te desmayás en la calle, Dios no lo permita, la gente llama al ECI sin saber que seguramente estás anotada/o en la obra social “Gold High Eternun” y te llevan en ambulancia al Central o Lagomaggiore, ¿ qué tipo de médico te gustaría que te reciba en el hospital?: ¿el rengo, sarcástico, pero sabio House, o el cómico, tierno, contenedor Hunter “Patch” Adams?

Si, ya sé, ya sé que son médicos de la ficción (aunque Adams es real pero solo conocimos de él la versión de Robin Williams), de hecho la pantalla chica americana nos ha mandado docenas de héroes del delantal blanco (y de otros colores), desde los legendarios Kildare y Ben Casey, Centro Médico, Marcus Welby, Quincy, pasando por las burlonas M.A.S.H. o Scrubs, y arribando a las melodramáticas E.R. y Grey´s Anatomy. Y sigue la lista….

La medicina (según nos revela la ficción televisiva) apenas conoce un porcentaje muy pequeño de los motivos de las enfermedades y a pesar de las máquinas que radiografían hasta los granos del alma, muchas veces no tienen respuesta a la afección del paciente. O la tienen, pero ya es tarde, o surge de la autopsia.

El gran drama de los televidentes radica en que los médicos de televisión de hoy nos muestran lo que no poseen, la falta, el agujero, el abismo, la ausencia de significantes. Y nos refriegan en la cara que la muerte, ese concepto que el inconsciente trabaja toda una vida por negar, está presente, como una sombra, acompañándonos a cada paso, sin que ellos puedan hacer, muchas veces, nada para evitarlo.

La respuesta es: ni HOUSE ni ADAMS, mejor no enfermarse nunca, y si sucede, roguemos que no le diagnostiquen un embarazo a un gaucho, ni una fractura de muñeca a la Venus de Milo. Y bueno, de ilusiones también se vive.

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