miércoles, 16 de septiembre de 2009

Hugo Arana: "Los Pells fue una comedia negra"

Pocos meses atrás "lo odiamos a diario” cuando personificó a Franco Andrada, el villano director del canal Mega News en LOS EXITOSOS PELLS. Su carrera en cine es extensa (39 films) y rica en hitos como lo fueron las películas El Santo de la Espada, La Tregua, La Isla y La Historia Oficial. En teatro se destacó en Made in Lanús, Filomenta Marturano y otros. En televisión lo hizo todo, y entre tantos programas, recuerdo a personajes cómicos como el de El Groncho y la Dama, o el amanerado Hugutio Arana, ambos de Matrimonios y Algo Más. Además ha protagonizado en los últimos años las tiras Buenos Vecinos, Resistiré, La Panadería de los Felipe, Hechizada y El Capo. Su fama nació con una publicidad de vinos Crespi, “la de los escarpines”, a principios de los 70, donde ya se mostraba una imagen del HUGO ARANA que todos conocemos, es decir, la de un magnífico actor y también, la de una gran persona en la vida real.

Vos naciste en Capital pero te fuiste a vivir a Lanús…

_ Si, a los once años. Y cuando empecé a estudiar teatro trabajaba en una carpintería. Mis maestros de actuación fueron MARCELO LAVALLE a partir de 1965, y después NORBERTO MONTERO, y fundamentalmente AUGUSTO FERNANDEZ.

¿En qué año apareció esa publicidad famosa de vino CRESPI que te hizo popular?

_ En 1972, pero en realidad fue la quinta publicidad que salió al aire. Lo que pasa es que esa hizo mucho ruido. Yo había hecho cuatro cortos antes con el mismo producto; empecé en 1970. Pero esa fue el boom. Y filmamos doce, porque además, la serie de publicidades de CRESPI siguieron hasta 1985, como una telenovela, pero la gente siempre recuerda ésa, la de los escarpines. La serie contaba la historia de una pareja, pero en la del 72 fue la que hizo ruido, cuando ella le anuncia que esperan un bebé.

Qué increíble que es eso. En la historia de la televisión se ve mucho, un actor que aparece en infinidad de programas y publicidades, la viene remando desde hace tiempo, y la gente no lo reconoce, y de pronto por una producción equis, se hace hiper-famoso…

_ Si. Salió esa publicidad y en diez días me conocían quince millones de personas, subía a un colectivo y era un revuelo arriba del colectivo (risas). Y en diez días nomás. Porque la pasaban los cuatro canales y bombardeaban la pantalla con esa publicidad.

Y eso es lo propio de los medios masivos….

_ De lo cual hay que protegerse mucho. Porque la fama, incluso el éxito…uno no tiene nada que hacer con ello. No es material para uno. No tiene nada que ver con uno. Otras cosas lo dan. El público decide que esto es éxito, el público lo convierte en éxito, no el que lo hace. El que lo hace, lo hace, nada más. Después el público decide si es un éxito o no. La fama es lo mismo, no está en uno, está en los medios. La televisión te pasa treinta veces por día, cuatro canales, claro, lo ve todo el mundo. Y eso no es material, mi brazo no alcanza ahí, con eso no tengo nada que hacer. Yo lo que tengo que hacer es mi trabajo. Lo otro entra en la frase de Borges, cuando se refería a que el éxito y el fracaso son dos grandes impostores…

Lo que ocurre es que la trascendencia en el actor cobra un doble valor porque es como una herramienta de trabajo para que el productor de enfrente, el que ahora no lo contrató, lo vea y lo llame. Porque es difícil que te pase como a MIKE AMINGORENA, que te ofrezcan un protagónico como fue el de Los Pells, cuando no venís calentando los medios con tu imagen por alguna razón…

_ Me parece que el caso de AMIGORENA, creo, me parece, que él fue para cubrir otro personaje y pidió que lo probaran para hacer el protagonista, y cuando le tomaron prueba quedó como protagonista, porque lo vieron, apareció el material, y yo creo que estuvo brillante, es un tipo lleno de talento.

LOS EXISTOSOS PELLS fue la mixtura de muchas buenas coincidencias que se dieron. Yo recuerdo que a tu personaje, el despiadado FRANCO ANDRADA, lo odiaba. Creo que fue uno de tus mejores “malos”, hasta yo que te conozco me olvidaba que eras vos y te tenía bronca. Cuando los apretabas a LOS PELLS te quería matar…

_ Si, era un “facho” hijo de puta, dañino, una mierda. Sin duda lo que vos decís, lo que se relaciona con el sostén de un personaje, tiene que ver con el todo. Con la producción, con la dirección, con los demás personajes. Uno no hace un laburo aislado. En la actuación, si yo en una escena le doy una piña a un actor, lo que hago es crear la ilusión de la piña, no le voy a romper la nariz al compañero, el que marca la potencia de la piña es el otro, el que la recibe. Si el que la recibe ni mosquea, tu piña no sirvió para nada. O sea que la tarea del actor se sostiene en el entorno, en todos. De acuerdo a cómo reaccione la víctima, uno es más malo o menos malo. Si yo le digo “te voy a cortar en pedazos” y el otro se me ríe a carcajadas, ¿dónde está el malo?. Ahora, si el otro queda muy mal, el espectador percibe que yo soy muy malo.

Pero también el público proyecta cosas propias sobre los personajes…

_ Obviamente. Alguna vez alguien hizo la experiencia de filmar a un actor mirando hacia un costado con “cara de póker”, le pidieron que no exprese nada con el rostro y lo filmaron en primer plano, así, sin expresión alguna. Luego armaron una edición intercalando su rostro con imágenes de un ataúd, un velorio, y luego en otro momento, el mismo plano inserto antes de una imagen de escola do samba, todos bailando divertidos, y la gente “veía” que le cambiaba la expresión, y era el mismo plano del tipo siempre. La devolución, entonces, es lo que completa el todo.

Además en LOS EXITOSOS PELLS se mezclaba la telenovela con la comedia, por ejemplo, tu siniestro FRANCO ANDRADA, en algunas escenas hacía posturas de yoga, meditación en la oficina, o se saca los dientes postizos. A veces hasta parecía que te tentabas de la risa, especialmente en las escenas con DIEGO REINHOLD o con MIRTHA BUSNELLI, que son tan histriónicos…

_ Los Pells era una comedia negra. Fue una comedia con un tinte negro, mostrando personajes cretinos, gente de mierda. Además no se salvaba nadie, porque cada uno rapiñaba en la medida que podía. Y el que no podía, igual había vendido el alma al diablo y estaba involucrado.

Había una burla explícita a la televisión, a las publicidades, a la supuesta veracidad de los noticieros, a la lucha por el rating a cualquier precio…

_ LOS PELLS como programa puede ser observado como cualquier historia desde todas las rendijas posibles. Si uno espía la televisión detrás de la rendija de querer ver eso, va a ver eso. A mi en reportajes me preguntaban: “¿así es la gente de la televisión?”, y yo respondía: “ Es tan así como FRANCO ANDRADA es ARANA”. Igual. ¿Vos querés ver al ARANA FRANCO ANDRADA?: está, me habita. También tengo materia negra adentro, soy un ser humano. Ahora, si me querés ver por otra rendija vas a encontrar un tipo noble. También un tipo lleno miedos. Depende por donde quieras observar. Con LOS PELLS pasa lo mismo, eso eligieron los autores ver, pero yo no soy FRANCO ANDRADA. O sea, si alguien dice que LOS PELLS muestra realmente cómo es la televisión, entonces también FRANCO ANDRADA muestra cómo es ARANA. Pero, ¿muestra cómo es ARANA? Muestra solo un aspecto, que sí está, pero no la totalidad.

¿Te pasó que te identificaran por la calle y te insultaran como si fueras FRANCO ANDRADA? Claro que ahora no viajás en colectivo como en la época de los avisos de CRESPI…

_ Pero cruzo la calle a pie (risas). Me decían “no sea tan malo”, algunos con una sonrisa, otros con una cara más seria. Y yo a todos les contestaba como si fuera FRANCO ANDRADA: “¡qué me está diciendo! ¡esos dos papamoscas son figuras porque yo los hice!” (risas). Hacia los finales de grabación, el día que filmamos la escena en la que me llevan preso, porque GONZALO me graba en un bar con una cámara oculta y salen mis declaraciones en vivo por el noticiero, en la escena siguiente me sacan esposado a la calle. Había un patrullero en la vereda y me meten en el patrullero y una mujer de unos setenta años empezó a gritar: “¡si llevenló, porque estos son los que pudren a la juventud, llévenlo agentes!”. Y los agentes eran extras vestidos de policías (risas). Y la mujer me quería pegar una piña. Fue tremendo, pobre, estaba indignadísima. Por suerte unos guardias de seguridad la sostuvieron.

Vos que conociste la otra televisión, ¿qué pensás de este modelo de producción y grabación de tiras diarias?

_ No hay duda que es una cosa muy difícil. Cuando LOS PELLS salió al aire ya llevábamos más de cuarenta capítulos grabados, lo cual es muy bueno porque no estás dependiendo de la opinión del público o del rating. Estás contando la historia tal como está escrita. Después el tiempo va avanzando, empieza a “comerte el aire” y hacia el final empezás a correr. Ahora, si la producción está bien administrada uno agarra un ritmo hasta espontáneo. Pero no hay dudas de que la formación del actor es el teatro, donde ensaya una obra durante meses, pule el personaje, se equivoca tranquilo, corrige, prueba. En televisión vas, y lo que queda en pantalla son los aciertos y los errores.

Porque además debés grabar un capítulo por día…

_ No, perdón, yo en LOS PELLS llegué a grabar en un día escenas aisladas de doce capítulos distintos. Habitualmente grabábamos de cinco a ocho capítulos por día. El capítulo 71, 78, el 82, etc. Grabábamos tres escenas de uno, otras de otro, por ejemplo, las que ocurrían en un mismo decorado. Y vos te preguntás: “¿de dónde viene el personaje?”. Capaz que la escena anterior la habíamos grabado veinte días atrás. Por ejemplo, yo salía de una oficina indignado, y veinte días después grababa mi entrada a la otra oficina. Es muy loco esto. A veces un actor veía que la escena anterior la había grabado un mes antes y se preguntaba: ¿cómo estaba yo?. Aparte estaba el tema de la continuidad de ropa, que era un bolonki para los vestuaristas, porque éramos quince, dieciocho actores, para controlar la continuidad de la corbata, del top de las chicas. Es un rompecabezas, para ello hay que contar con una producción muy afilada, de gente que trabaje organizadamente.

Si hicieras una miniserie sobre la vida de Cristo capaz que filmás primero la crucifixión y luego el sermón de la montaña y no sabés si ya resucitaste o no,…en el teatro la obra la desarrollás en continuidad.

_ Y para una obra de una hora y media ensayás siete horas por día durante meses. Por eso para mi la formación del actor está en el teatro. El teatro es el hogar, donde está el fueguito y se elabora el elemento, se deja asentar la masa, se macera, ese es el teatro. Allí el actor puede buscar capas bajo capas, aprender, abrirse a la idea de que uno es infinito. Una persona es infinita. Entonces, el problema de los medios es que uno tiene que ir ahí y rendir, por lo tanto, el actor que se forma ahí solo aprende a rendir, y no a sorprenderse. A estar abierto a ver lo que le pasa.

No hay comentarios: